Cierra los ojos. Imagina un gran salón. Muchos tableros de ajedrez y una partida maestra en la que todas las personas presentes ponen su atención. Es la partida decisiva a nivel mundial. Sigue imaginando: ¿quiénes juegan? ¿Quiénes son los/as protagonistas?
Ahora piensa en nombres de personajes célebres en el mundo
del ajedrez. Fisher, Karpov, Kasparov… ¿cuántos nombres de mujeres vienen a tu
cabeza?
Y por último, pongámonos las gafas violeta de Nuria Varela.
En ese escenario que hemos imaginado, ¿cuántas mujeres había? Seguro que pocas
o incluso ninguna. En esa construcción irreal que hemos imaginado el valor
histórico masculino asociado al ajedrez es más que evidente. Quizás una de las
disciplinas en las que el estereotipo de hombre como jugador esté más presente.
El ajedrez es una disciplina asociada a la razón, a la
estrategia, al desarrollo de complicadas tácticas… Valores intelectuales
asociados tradicionalmente a la figura masculina. ¿Cómo es posible que en 2024
todavía tan solo una de cada diez personas que juegue al ajedrez sea mujer?
En la noticia indican que en los últimos años se ha
detectado un ‘creciente interés femenino’ en esta práctica, pero, sin duda
todavía queda mucho camino por recorrer. Un camino que puede ir de la mano de
que medios de comunicación o contenidos audiovisuales muestren una nueva
realidad, más contemporánea y en la que la mujer participe sin cortapisas en
esta disciplina. Tras el estreno de la serie Gambito de dama hace pocos
años, la cifra de mujeres que se animaron a jugar al ajedrez creció exponencialmente.
Es justo ahí donde esa difusión colabora en un acercamiento a que lo
‘tradicionalmente masculino’ pase a ser ‘tradicionalmente universal’.
Y si los mass media colaboran en este avance, obviamente a
nivel educativo y de Administración Pública también es necesaria la
implicación. Talleres infantiles, fomento de actividades en asociaciones,
actividades extraescolares o aplicación didáctica en las aulas sin duda
favorecería a que niñas y niños conocieran en igualdad esta actividad y la
practicaran sin diferencias. Como bien indican en la noticia inicial, la
educación tiene una gran relevancia en el éxito de las mujeres en el ajedrez y
su ‘integración masiva’ en las escuelas y en los clubes de ajedrez es
totalmente fundamental para ello.
Que a partir de ahora, cuando pensemos en ajedrecistas
célebres, cada vez haya más nombres de mujeres, como Judit Polgar, Hou Yifan o
Maia Chiburdanidze. O que cada vez que nos venga a la mente una partida de
ajedrez también lo haga el cuadro de la gran artista Sofonisba Anguisola, donde
la mujer es la gran protagonista.
Y por supuesto que, a partir de ahora, el único jaque mate
que veamos sea contra la desigualdad.
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