Soy de las personas que piensan que el futuro está en nuestras manos y tenemos mucho por hacer para asegurar que las próximas generaciones cuenten con una sociedad avanzada, en la que el cumplimiento con garantías de sus derechos sea pleno. Por ello también creo en la responsabilidad individual y colectiva a la hora de forjar ese futuro y donde cada persona cuenta con un rol significativo para ello.
Dentro de esa responsabilidad, la Administración Pública
tiene un papel determinante. Formo parte de ella desde hace relativamente poco,
pero creo firmemente que su implicación con los ODS es vital, ya que engloba
todos y cada uno de los puntos imprescindibles para asegurar ese óptimo futuro.
Mi trabajo en la Administración está vinculado al trabajo,
pero también a qué ocurre cuando, por determinadas circunstancias, se carece de
este y debe asegurarse que, a pesar de ello, no aumente la desigualdad, así
como que las necesidades básicas de la ciudadanía estén cubiertas. Además, soy
un firme defensor de la protección del medio ambiente, ya que, sin su defensa,
no hay futuro posible.
Creo que es posible aplicar cada uno de los ODS a las
situaciones, factores y preocupaciones actuales de nuestra sociedad. Su
desarrollo y aplicación efectiva son una potentísima herramienta para mejorar,
para avanzar. Por ello, como empleado público, pero también como persona
preocupada por nuestro futuro, estoy convencido que esta formación me ayudará a
completar la que considero una perspectiva esencial para los cimientos de una
sociedad estable, con garantías para sus ciudadanos y ciudadanas, así como para
la protección de nuestro planeta y sus recursos.
Y si tengo que escoger una imagen que me describa… siempre
elegiré el mar. Presente en la ciudad en la que nací, pero también en la que me
acogió hace muchos años, siendo además protagonista de más de un ODS y cuya
protección es imprescindible para nuestra supervivencia.
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